Adry Salome, director de la división de Agua y Saneamiento de Schieland en Países Bajos visitó Uruguay en el marco del Posgrado en Saneamiento e Ingeniería Sanitaria de UTEC
Fertilizantes, plaguicidas, restos de medicamentos y hormonas. En las aguas de ríos y arroyos puede haber una variedad de contaminantes que se originan en actividades humanas, ya sea de la producción o de la vida misma en ciudades o poblados. Por eso, el tratamiento de las aguas en todo el mundo es un desafío. Ya sea porque antes solo se consideraban algunos parámetros y ahora se expande su estudio y el intento de depuración de las aguas de manera más minuciosa por un interés meramente ambiental, o porque diversas crisis en la calidad de agua han puesto el foco sobre este tema tan sensible.
A mediados de junio, invitado por la Universidad Tecnológica (UTEC) visitó Uruguay Adry Salome, director de la división de Agua y Saneamiento de Schieland, en la provincia holandesa de Krimpenerwaard, en Países Bajos. Es la segunda vez que Salome visita Uruguay y ha sido uno de los oradores en el evento “Gobernanza del agua, tratamiento de efluentes y gestión de lodos: experiencias en Países Bajos” que se realizó en Montevideo el 14 de junio en el marco del Posgrado en Saneamiento e Ingeniería Sanitaria que se dicta en UTEC con el instituto del agua holandés IHE Delft.
— A la hora de tratar el agua hay estándares que se establecen en cada país, normativas a cumplir. ¿Qué cambios han ocurrido y cuáles son las tendencias vinculadas a incorporar nuevos aspectos como la presencia, por ejemplo, de medicamentos, hormonas o plaguicidas?
— Las nuevas regulaciones se hacen sobre las viejas que toman en cuenta, por ejemplo, presencia de nitrógeno, fósforo, entre otras. Entonces ha surgido un nuevo campo y es muy emocionante empezar a tomar en cuenta valores que antes no considerábamos. Es un nuevo campo para la regulación en el área de los microcontaminantes, los residuos de hormonas, la presencia de metales pesados y más. En mi país estamos proyectando la construcción de la primera planta de tratamiento para 2027 en donde en el tratamiento del agua consideraremos los residuos de medicamentos. Lo que la población consume, lo que se usa en el campo y en la ciudad, termina en el agua.
— ¿Por qué se necesitan estos cambios?
— En los Países Bajos vive mucha gente en un territorio chico. Entonces, que se diluyan los problemas en el agua no es una solución. Nunca es esta una solución para la contaminación. Ocurre que si todos usamos medicamentos, luego los encontraremos de regreso en el ambiente y en el agua. Cuidemos la concentración en que se encuentran porque si los peces cambian su ADN y cambian su ambiente, estamos forzados a hacer algo al respecto. Influencia la manera en que vivimos.
Tratamos de montar un programa en el que los lugares más cargados de residuos de medicamentos y hormonas en el país tengan una primera planta a gran escala para tratar el agua y quitarlos de circulación.
—Mientras esto pasa en su país, ¿qué ocurre en el resto del mundo? ¿hay preocupación y trabajo al respecto? En Uruguay la preocupación actual debido a la sequía son los niveles de sodio y cloruro.
—En el resto del mundo hay preocupación ya sobre el tratamiento del agua, sobre todo abordada en los aspectos de la presencia de nitrógeno, procesos de nitrificación y desnitrificación, remoción de fósforo y Demanda Bioquímica de Oxígeno (DBO). En todo el mundo se hace, se mide, se controlan las aguas residuales y qué hacemos con ellas en estos aspectos. Sin embargo, el orden mayormente es este: hacer que el tema agua tenga un orden, ver qué residuos permanecen allí y luego ver qué podemos hacer con ellos.
— ¿Entonces hay diagnóstico de los problemas y falta más acción en el tratamiento de estas aguas? ¿Los caminos a seguir deberían ser exigir cada vez más la depuración de diferentes contaminantes de manera más abarcativa como está ocurriendo en su país?
— Sí pero lo bueno y lo lindo a la vez es que nosotros también nos estamos equivocando, estamos probando, a veces las cosas nos salen mal. Lo interesante es ver que hay países que pueden saltearse etapas. Por ejemplo, algunas que ya hayamos ensayado nosotros, y pueden llegar directo a otra etapa que redunda en mayor beneficio.
— En cuanto a las tecnologías hoy disponibles. ¿Cuáles son las últimas novedades y oportunidades para tratar aguas?
— Hemos hablado de metales pesados, de microcontaminantes, de hormonas y residuos de medicamentos, los últimos más vinculados a aguas residuales o de saneamiento. Para esto hay tecnología y también hay nuevos desarrollos a abordar. Hemos visto que ha sido muy lindo controlar los cauces de ríos y arroyos o tratar aguas residuales para devolverlas en buen estado, pero ahora queremos aprovechar y sacar ventaja de cada paso.
Vimos que mientras purificamos aguas residuales podemos producir biogás. Hace un tiempo simplemente el biogás se arrojaba al aire y ahora es un producto de los más valiosos. Puedes producir electricidad a partir de él y si no la usas como electricidad y lo purificas hasta un alto estándar podrías hacer hasta funcionar un auto con él. Entonces, si un sistema de saneamiento es una colección de todo tipo de residuos del ambiente y del comportamiento humano, tienes la posibilidad de colectarlo y hacer algo a partir de ello, para que sea una fuente renovable.
—La economía circular en acción digamos... ¿Es posible?
— Sí es posible, pero hay un camino duro para lograrlo porque siempre tiene que ser económico también. Algunas técnicas fallan en el laboratorio y otras no, algunas han logrado ser exitosas a gran escala. Con la primera planta a gran escala de tratamiento de aguas residuales moderna que trata residuos como medicamentos en Países Bajos, que es única en el mundo, estamos en un momento muy emocionante. Esperamos en estos días poner en marcha el proyecto y la construcción.
—Es la segunda vez que usted viaja a Uruguay. ¿Qué podemos aprender de su experiencia?
—Yo diría que es de dos vías. ¿Qué podemos aprender nosotros también de ustedes? Si estoy en una posición de decir algo, digo que he visto programas, carreras, educación, investigación innovadora, y que si todas las nuevas generaciones se interesaran a futuro por el agua y por trabajar en este campo y si siguieran profundizando más la investigación con entusiasmo, podrían producir sus propias ideas. También es necesaria la política, gobernanza, ideas de gestión sobre qué es mejor para su país. Así podrían llegar a las mejores soluciones de fondo que ustedes necesitan.
— Durante la charla que dio en el marco del posgrado en Ingeniería Sanitaria de UTEC al hablar de los fertilizantes y el fósforo dijo que “nos estamos envenenando”. ¿Podría profundizar en su opinión?
—Lo decía porque en el caso de Países Bajos, por ejemplo, compramos nitrógeno y fósforo para fertilizantes y para generar progreso económico y producción de alimentos, pero luego pretendemos que los residuos de ese nitrógeno y ese fósforo no generen consecuencias en el agua superficial y subterránea ni en la tierra, pero allí quedan.
Es un camino sin salida al que vamos si seguimos haciendo esto. Vamos a llenarnos de nitrógeno y de fósforo. Tenemos que lograr dar vuelta el sistema, encontrar soluciones para su reducción, cambiar a un sistema en el que no importemos más estos fertilizantes y que tengamos una manera circular de lo que usamos para reutilizarlos. Es la economía circular de la que hablabas. Deberíamos hacer todo circular, especialmente este tipo de procesos, porque no podemos seguir haciendo las cosas igual eternamente, no podemos seguir así.
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