El miedo y la tecnología: dos elementos que inspiraron el trabajo de Ayelén Charlo

“Miedos”, ese fue el nombre del proyecto final de Ayelén Charlo de su título como tecnóloga en la Licenciatura en Jazz y Música Creativa de UTEC. Su trabajo se basó en la producción y presentación de un espectáculo integral que genere concientización desde el arte. La temática fueron los miedos y cómo estos afectan a las personas al punto de ser manipuladas y tomar decisiones que no quieren. Si bien el espectáculo fue dirigido a todo público, se centró fundamentalmente en adultos mayores de más de 50 años de edad.
Tiene 23 años, vive en Mercedes desde los cuatro y ya en su niñez se vinculó con la música. Al terminar la secundaria dio la prueba de ingreso en UTEC e ingresó. Ahora es una de las primeras en recibir el título de Tecnóloga en Jazz y Música Creativa, carrera que se dicta semipresencial en Mercedes y tiene la opción de continuar hacia la Licenciatura en Jazz y Música Creativa completando otro año más de formación.
La idea del proyecto surgió en la pandemia. Ayelén vivía en el campo y desde un lugar externo a la ciudad percibió cómo les afectaba a otros las noticias de los medios al estar encerradas en sus casas y consumirlos constantemente con un fuerte impacto en personas adultas. “Fue algo nuevo y había mucha desinformación, entonces cada uno se aferraba a lo que le parecía y, mayormente, a lo que los medios ofrecían”, analizó. “En general se desataron sentimientos de miedo a enfermarse, a la muerte y la soledad”, recordó.
De cara a esto fue que eligió para su proyecto de final de carrera la temática del miedo con foco en adultos, sobre todo mayores de 50 años. Entendió que era el momento perfecto para que las personas vean “otra cosa” y abran los ojos a través del arte que es “uno de los medios más antiguos de expresión, que además era mi canal de comunicación para transmitir el mensaje”, comentó. Fue así que produjo el espectáculo que presentó en Mercedes en octubre de 2021.

La novel tecnóloga decidió que su espectáculo de teatro tuviera danza contemporánea y música creativa, y que fuera abierto a todo público gratuitamente. Para llevar la idea adelante, primero investigó qué le estaba sucediendo a las personas. Hizo una encuesta sobre qué miedos sentían, también se autoanalizó. Toda esa información la resignificó en música. Con esta base creó todo el resto de la obra, y posteriormente sumó los demás elementos artísticos que hacen al espectáculo.
Para Ayelén, la tecnología tuvo mucho que ver en este proyecto.

“Hechos como una pandemia ya se dieron en la historia, pero nunca se había llegado a estos niveles de difusión de información porque no existía toda la tecnología que tenemos a mano, entonces fue el factor que hizo que se viviera de manera muy diferente, porque lo que pasaba en dos segundos estaba posteado en todos los medios”, explicó. Por otra parte, también la tecnología le permitió darle un enfoque más abierto a su proyecto, ya que para la generación de espectáculos la comunicación fue muy necesaria. “Si no se podían hacer ensayos por el rebrote nos enviábamos videos de la coreografía o audios explicativos, es decir, que la tecnología nos ayudó en la pandemia”, planteó.

Jazz en UTEC

En su vida profesional, la carrera es la raíz de todo “porque me dedico a la música y al arte en general y la UTEC es lo que impulsó esto”, señaló.

“Gracias a la carrera tengo las herramientas para poder desenvolverme y entender una situación como el funcionamiento de una jam, armar un toque en poco tiempo, y eso lo aprendí en UTEC”, dijo Ayelén.

Ayelén valora que los docentes acompañan a cada alumno debido a que los grupos son reducidos. “Tenés cierto intercambio con el profesor y en una formación en música aporta muchísimo”, indicó. “Está bueno tener esta opción y que esté descentralizado (17 carreras en 11 sedes en el interior del país), no me tuve que ir del lugar donde vivo en Mercedes y es una carrera gratis. Además, no hay otra formación enfocada a la música creativa, de improvisación y con contenido popular en Uruguay” dijo Ayelén.