Eligieron la Maestría en Ciencia de Datos de UTEC y MIT que tiene sus inscripciones abiertas para una nueva generación hasta el 25 de mayo. Pasaron el mundo corporativo a emprender o del laboratorio a la industria del software y reprogramaron su futuro
De investigar en el laboratorio a estudiar el tráfico de Montevideo con un método que no había sido utilizado antes y a trabajar en la industria del software: este fue el recorrido de Leonardo Darré. Del mundo corporativo y de liderar grandes empresas del área de la energía a emprender con ciencia de datos, este ha sido el camino de Marta Jara. Ambos realizaron la Maestría Profesional en Ciencia de Datos de UTEC.
La maestría de la Universidad Tecnológica del Uruguay con el soporte académico del Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT) tiene sus inscripciones abiertas hasta el 25 de mayo y espera la llegada de profesionales de todas las áreas de ingeniería, medicina, economía, biología, agronomía, entre otras.
La ingeniera Química de 58 años proyecta 20 años más de trabajo. En ellos incluye la ciencia de datos. Tras 30 años de trabajo en la industria de la energía y una trayectoria que la tuvo al frente de importantes empresas del rubro hidrocarburos —en las que estaba involucrada con aspectos económico financieros—, Marta Jara eligió estudiar la Maestría en Ciencia de Datos de UTEC y venció aquel “miedo de volver al aula” y de “salir de la zona de confort”. “Para mantener la vigencia hay que ir asimilando cosas que cuando yo estudié no estaban. Lo disfruto”, agregó Jara.
Convencida de que la ciencia de datos “va a impactar y a reformular todos los negocios”, plantea que con el manejo de ellos se abren “oportunidades infinitas”. Lo “disruptivo es contar con datos, poder procesarlos, y actuar. Todo en tiempo real”, comentó.
La ingeniera Química piensa en los profesionales con 10 o 15 años de trabajo y comenta “si tienen una formación básica afín, y sobre todo imaginación, van a encontrar en esta disciplina un tesoro”, comentó.
El comienzo de la maestría coincidió con el comienzo del emprendimiento de Jara llamado Xplash. Desarrolla capacitaciones con tecnología de realidad virtual o aumentada (inmersivas). “La realidad virtual nos transporta a un escenario que se siente muy real, uno mira para todos lados y ve esa nueva realidad. Esto permite ensayar, recrear situaciones y aprender a través de la experiencia. Algo que se hizo en el pasado para actividades donde el error es extremadamente costoso, donde el caso clásico es el simulador de vuelo”, contó Jara. La tecnología actual permite aplicar este método para adquirir todo tipo de habilidades: habilidades técnicas, habilidades blandas y de desarrollo personal. “Capacitar es uno de los grandes desafíos para adaptarnos a la industria 4.0. Siempre me apasionó mi trabajo pero esto que estoy haciendo ahora me genera mariposas en la panza otra vez”, agregó.
La aplicación de la maestría de UTEC le resultó “inmediata” porque le permitió conectarse aún más con el ecosistema emprendedor y familiarizarse con técnicas para desarrollar productos tecnológicos como parte de la formación.
“El equipo del MIT nos dio un taller para startups que me empujó mucho, me dio referencias concretas y un voto de confianza para avanzar en mi negocio”, contó Jara. Un mes después estaba presentándose a un fondo estadounidense que pedía capacitación con realidad virtual para astronautas de la NASA.
La maestría de UTEC “aporta para conocer mejor el ecosistema de innovación. Si bien conozco muchos mecanismos de los negocios en general, siempre trabajé en ambientes corporativos con muchísima infraestructura de soporte propia. Esto es totalmente otro tipo de realidad y la verdad que me está sirviendo mucho”, comentó la ingeniera Química.
Jara mira diez años hacia adelante y se ve en el pico de su “segunda carrera”. “Ahí ya voy tener 68, pero de verdad me proyecto todos esos años. Hay que seguir aprendiendo, hay que tomar riesgos y sobre todo mantener una actitud de que el futuro es importante”, opinó.
Primero conoció la sede de UTEC en Fray Bentos y luego cuando estaba al frente de ANCAP la Universidad se acercó para difundir esta oferta educativa en la empresa pública. Tan atractiva le resultó la propuesta, que tiempo después, Jara se convirtió en estudiante de UTEC. “Vi un enfoque práctico interesante en una institución fresca con ganas de hacer cosas sin acartonamiento, y la alianza con el MIT por supuesto me dio muchísima confianza. La propuesta no me defraudó. Sentí que yo no busqué la maestría, sino que la maestría me encontró a mí”, recordó Jara.
Leonardo Darré tiene 39 años y es científico. Trabajaba en el Instituto Pasteur de Montevideo cuando decidió viajar para formarse en biofísica computacional en Londres y en España y al regresar al Instituto Pasteur con beca de la Agencia Nacional de Investigación e Innovación (ANII) hizo su posdoctorado. Mientras, se desempeñaba en el área de bioinformática y su trabajo se centraba en el uso y desarrollo de herramientas de computación para poder estudiar, por ejemplo, proteínas o membranas que recubren las células, interacciones con moléculas de interés farmacológico, entre otras cuestiones. Hasta ahí, parece un lógico recorrido de un investigador, pero algo cambió su rumbo.
Decidió estudiar después la Maestría en Ciencia de Datos de UTEC y hace unos dos años abandonó el laboratorio y la investigación académica para volcarse a la industria del software. Ahora se define como “data scientist”, un científico de datos, y trabaja en Tryolabs. Allí planifica e implementa proyectos de machine learning e inteligencia artificial en continua coordinación con clientes para predecir series temporales en el contexto de optimización de precios, entre otros.
“Me tomó un rato de trabajo en la academia darme cuenta que me gustaba la idea de utilizar la formación en ciencia para aplicarla al desarrollo de herramientas tecnológicas. Para eso necesitaba complementar mi formación con herramientas específicas de machine learning. Por esa razón es que me puse con la Maestría en Ciencia de Datos de UTEC”, dijo Darré.
“La maestría me permitió profundizar en conocimientos básicos de probabilidad y estadística, aprender nuevas herramientas de análisis de datos y aprendizaje automático, y aplicarlos en el desarrollo de un proyecto concreto. En mi caso, este último fue sobre la aplicación de redes neuronales en la predicción de tráfico vehicular en Montevideo”, destacó Darré.
Lo novedoso es que ese tipo de método no se había empleado para la ciudad de Montevideo, y además utiliza métodos que permiten integrar tanto la dimensión espacial como temporal del tráfico vehicular. En el proyecto trabajaron profesionales de ingeniería, economía, científicos cada uno con su impronta y varios con perfiles de gestión de proyectos.
“Esta diversidad fue muy valiosa”, destacó Darré sobre el equipo que formó en UTEC en donde encontró formación que lo ayudó a prepararse más para el trato con clientes en la construcción de un producto, algo que hoy usa en Tryolabs.
La ciencia de datos, en el fondo “se trata de investigar y usar herramientas para extraer información de los datos” que bien utilizada e incorporado a modelos “tienen potencialmente un gran valor económico y ayudan a mejorar y optimizar procesos en una gran diversidad de industrias”, comentó Darré tras estos años de trabajo en la industria.
La Maestría Profesional en Ciencia de Datos de UTEC con el soporte académico del MIT surge con el apoyo del Banco Interamericano de Desarrollo (BID).
Las inscripciones para la tercera generación de estudiantes está abierta hasta el 25 de mayo en la página web de UTEC y hasta el 16 de mayo se reciben postulaciones para las becas. Por inscripciones y becas, en este enlace.
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