Santiago Marrero e Juan Nuñez, alunos de Engenharia de Controle e Automática da UTEC Norte, conquistaram medalha de ouro na categoria Mecatrônica da competição internacional. Alunos da Energia Renovável de Durazno e do Tecnólogo em Informática de Paysandú também obtiveram medalhas de excelência.
Mientras cursan el último semestre de la carrera de Ingeniería en Control y Automática en Rivera, los ya tecnólogos en Mecatrónica Industrial Santiago Marrero y Juan Núñez, tuvieron la oportunidad de viajar a Santiago de Chile para vivir una experiencia internacional junto al docente tutor Éder Bridi. Cuando el coordinador de la carrera, Cristiano Schuster, les planteó la posibilidad de participar de las Olimpíadas WorldSkill Chile, no dudaron en aceptar el desafío. El resultado superó sus expectativas: pese al poco tiempo de preparación que tenían, lograron un primer premio.
Según Juan, oriundo de Tacuarembó, la información concreta sobre las pruebas que enfrentarían en la competencia les llegó apenas una semana antes del viaje. Junto con la información, recibieron un ejemplo de pruebas de años anteriores para tener una idea de cómo sería la actividad, explicó. Al llegar a Chile, debieron familiarizarse con los equipamientos de laboratorio rápidamente, ya que no habían tenido la oportunidad de participar de los entrenamientos previos a los que sí accedieron los diez equipos chilenos con los que se enfrentaron.
Durante los tres días de pruebas, se les propuso resolver desafíos técnicos en un entorno que simulaba condiciones industriales reales. El primer día “todo fue un desafío”, comentó Santiago, quien agregó que con cada evaluación que recibían del tribunal, iban entendiendo más la competencia y evitando cometer los mismos errores en las etapas siguientes. “En el primer día nos cayó un módulo que te daban una caja y ahí tenías todos los equipos. Era todo desconocido para mí hasta el momento. Abrí esa caja enorme y empecé a sacar dispositivos y tratar de ver qué era cada uno”, comentó.
Como consigna de la prueba, se les daba un ejemplo de una cinta transportadora que llevaba cajas, que debía frenarlas, estamparlas y luego quitarlas para dejar lugar a la siguiente. Con esa premisa los estudiantes tenían cinco horas para armar la máquina, conectarla y programarla para que cumpliera algunas de esas tareas, que eran distribuidas por la organización.
El segundo día, nuevamente recibieron una bancada neumática, pero ya con todo ensamblado (los sistemas neumáticos son accionados por aire para generar movimiento en muchas aplicaciones industriales, como herramientas de extremo de brazo en robots). El contexto de la prueba era el de una máquina que había estado inactiva durante mucho tiempo y a la que había que poner en marcha. “Era una máquina que tomaba tornillos, hacía todo un circuito y los colocaba en una pieza. Había que programarla, crearle una interfaz y hacerle ajustes mecánicos. Además de los ajustes mecánicos, había que asegurarse de que los sensores estuvieran funcionando bien y que el cableado fuera el correcto”, comentó Juan.
El tercer día, ya más familiarizados con los equipos, ambos estudiantes lograron terminar la prueba media hora antes del tiempo estipulado, logro esencial para conseguir un mejor puntaje. “Nos dimos cuenta sin hablarnos de que teníamos posibilidades de terminar antes de tiempo la prueba. Nos dividimos el trabajo, yo iba con la parte mecánica y Juan con la programación y la interfaz”, relató Santiago. En ese momento, aún sin dirigirse la palabra, ambos empezaron a sentir que la victoria era posible. “Nos sobró media hora y cuando nos fuimos al hotel nos dijimos, ‘che, tenemos chance de estar en el podio’”, ya que ningún otro equipo había logrado finalizar la prueba antes del tiempo, agregó el tecnólogo.
Además de la experiencia de conocer otro país, Santiago y Juan destacan el valor en lo personal y profesional que les dejó esta experiencia. “Si bien son pruebas que se hacen en bancadas de laboratorio, en un entorno controlado, las situaciones son escalables fácilmente a la realidad y creo que estamos bien capacitados para enfrentarnos a la vida real. Los equipos que usamos se utilizan en la industria, te hace sentir esa confianza al haberlo logrado con poco tiempo y bajo presión”, expresó Juan.
En ese mismo sentido, Santiago añadió que lograr un buen desempeño les dio la confianza que necesitaban para su futuro. “Uno cuando está cursando todavía está medio inseguro de si lo que aprendió le va a servir o no. Ver que lo que uno aprendió efectivamente está bien, te da cierta tranquilidad”, indicó.
Ambos agradecieron el apoyo del Centro de Vinculación Global de UTEC que facilitó su participación, así como de sus docentes, en especial a su tutor Éder Bridi quien los acompañó de cerca. “Éder andaba a la vuelta sacando fotos y llevando el día a día de cómo nos iba. Si bien fue difícil saber que estaba ahí pero no lo podíamos ni mirar porque nos podían sacar puntos, fue un gran compañero”, reconoció Juan.
Además del primer lugar en Mecatrónica, alcanzado por Juan y Santiago, los estudiantes Juan Pablo Peculio, del Tecnólogo en Informática de Paysandú; y Alejandra Morales y Lucas Schiavoni, de Ingeniería en Energías Renovables de Durazno, obtuvieron medallas de excelencia en sus categorías.
Estos logros en WorldSkills Chile reafirman la calidad de la formación en UTEC y la capacidad de sus estudiantes para enfrentarse a los más altos estándares de habilidades técnicas.
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