Niños, jóvenes trabajadores, comunidades marginalizadas pasan a cumplir el rol de coinvestigadores capaces de trabajar junto a profesionales formados en UTEC en soluciones conjuntas para sus desafíos educativos. Preinscripciones abiertas hasta el 16 de diciembre.
Aprender, enseñar, tomar en cuenta los desafíos que surgen en Uruguay en la práctica en la comunidad y hacer que esta comunidad participe de la construcción de una solución, este enfoque es parte de los temas que se tratan en la Maestría en Diseño de Ambientes de Aprendizaje de UTEC, una formación sobre innovación educativa, enseñanza y aprendizaje de lenguas, que comenzó a dictarse en abril de 2022.
Actualmente se encuentran abiertas las preinscripciones hasta el 16 de diciembre a las 23:59 de 2022 para comenzar a cursar esta maestría a comienzos del próximo año. Los cupos son limitados por lo que debe realizarse un proceso de admisión.
En 2022 hubo más de 120 postulados para realizar esta maestría de UTEC sin costo y tras una selección comenzaron a cursarla 50 estudiantes, 26 son mujeres, 24 hombres. Además, otros 10 que egresaron en 2021 del Diploma en Diseño de Ambientes de Aprendizaje (formación corta que se impartió el año pasado sobre similar temática) fueron seleccionados y se encuentran trabajando en el segundo tramo de la carrera para completar la maestría con otro año de formación e investigación.
Del total de estudiantes 11 son de Montevideo, 38 del interior del país de departamentos como Tacuarembó, Florida, Lavalleja, Rocha, Cerro Largo, entre otros y uno de Holanda. Tienen entre 24 y 66 años aunque la mayoría se encuentran entre los 36 años y 40.
Son 35 estudiantes los que están enfocados en la innovación educativa y 15 de ellos realizan la especialización con un enfoque en el aprendizaje de lenguas.
Quienes cursan la maestría con foco en innovación educativa son educadores en instituciones como los Centros de Atención a la Infancia y la Familia (CAIF) o los Centros Educativos de Capacitación y Producción (Cecap), son maestros en escuelas, docentes en liceos rurales y también hay un diseñador industrial y un diseñador de videojuegos. Los 15 restantes que cursan la maestría con foco en lenguas son docentes de inglés, portugués, de español como lengua extranjera, un bibliotecario, profesionales trabajando en centros de frontera, liceos, escuelas y bachillerato internacional.
“Este programa brinda oportunidades para la formación de diseñadores de ambientes de aprendizaje con una perspectiva local y culturalmente relevante para las comunidades de cada profesional. En lugar de ser un programa que busca brindar principios generales sobre cómo diseñar ambientes de aprendizaje, se apuesta a que los diseñadores sean capaces de conocer a su comunidad, involucrarla en el proceso de diseño, y generar intervenciones que fomenten la equidad”, explicó Ezquiel Aleman, integrante del Comité Académico de esta formación de UTEC.
“En este programa la innovación educativa es entendida como el proceso creativo del diseñador y su comunidad para resolver problemas altamente complejos a través de intervenciones informadas por los últimos avances en las ciencias del aprendizaje, perspectivas participativas y comunitarias sobre educación y diseño, y el acceso a tecnologías que favorezcan el desarrollo de las propuestas”, contó Aleman.
Por este motivo el programa de posgrado nuclea a profesionales de diferentes ámbitos de formación con el objetivo de diseñar propuestas con una metodología participativa. “La comunidad y el diseñador co-descubren y co-diseñan ambientes de aprendizaje culturalmente relevantes para el desarrollo y bienestar de los miembros de la comunidad”, agregó Aleman.
En Uruguay no existía una formación con este enfoque, y a diferencia de las que hay disponibles online, ésta tiene 50 cupos sin costo. El cupo se debe a que docentes acompañan al estudiante para desarrollar una investigación basada en las necesidades específicas de una comunidad, explicó Aleman, lo que requiere un trabajo individualizado de los docentes de UTEC.
Hernán Márquez tiene 44 años, es maestro y trabaja como coordinador en el Centro Educativo de Capacitación y Producción (Cecap) de Fray Bentos. Márquez dirige el centro que tiene como uno de sus principales desafíos el lograr integrar y formar a jóvenes que estuvieron fuera del sistema educativo en áreas tan diversas como gastronomía o diseño en madera, por mencionar solo dos propuestas. Él decidió realizar la maestría de UTEC como oportunidad de crecimiento profesional y también porque veía la oportunidad directa de aplicar lo aprendido en su trabajo en Cecap.
Junto a su compañero de curso, Sergio Pérez, presentó el diseño de una herramienta web que permite a los docentes integrar las narrativas a sus herramientas pedagógicas. El mayor aprendizaje hasta el momento ha sido “conocer las metodologías y herramientas de aplicación práctica actuales, que son sumamente útiles para trabajar en el ámbito en el cual me desempeño. También son aplicables a otros contextos educativos, ya que se basan en una visión reflexiva y constructiva de todos los actores”, comentó Márquez.
La investigación-acción participativa es una metodología que busca promover la participación de las comunidades en la documentación y transformación de las condiciones de inequidad en sus comunidades. “En lugar de investigar a los miembros de la comunidad, se investiga con la comunidad reafirmando el derecho a investigar, realizar preguntas críticas y cuestionar las prácticas que moldean sus vidas”, explicó Aleman.
Esta metodología también concibe a la investigación como una práctica social que permite imaginar a través de la investigación posibles futuros para el desarrollo de la comunidad.
La investigación participativa “reposiciona a aquellas comunidades que han sido objeto de estudio por parte de las ciencias del aprendizaje (niños, jóvenes, trabajadores, madres, educadores inmigrantes, comunidades marginalizadas) como co-investigadores capaces de sentarse junto a investigadores entrenados de forma tradicional, desarrollando preguntas, métodos, análisis y productos”, agregó el docente de UTEC.
Este compromiso para investigar con la comunidad apunta a una transformación “epistemológica, ética y metodología” de la ciencia tradicional donde investigadores y expertos que vienen de "afuera" extraen "datos" de las comunidades para luego analizarlos y publicar resultados muchas veces sin establecer un diálogo con las comunidades que fueron investigadas, contó Aleman. La investigación participativa resulta “un modelo para democratizar y decolonizar la investigación como práctica en comunidades marginalizadas”, agregó.
Hay 15 estudiantes de la maestría que se están formando con un perfil particular. “El énfasis está en la enseñanza y en el aprendizaje de lenguas”, destacó Rossana Mántaras, docente Encargada del Programa de Lenguas de UTEC.
La enseñanza de lenguas desde una perspectiva de diseño participativo “permite conjugar las tensiones culturales asociadas al aprendizaje de una lengua extranjera. La maestría de UTEC le propone a sus estudiantes analizar los fondos de identidad que los estudiantes traen consigo para generar ambientes de aprendizaje de lenguas que sean significativos y respetuosos de las culturas e identidades existentes en la comunidad educativa”, detalló Aleman.
En julio UTEC recibió la visita del PhD Ricardo Martínez desde la Universidad de Nebraska. Es especialista en investigación-acción participativa juvenil. Este es un modelo alineado con el programa de Maestría de UTEC ya que apunta a co-investigar problemas locales con jóvenes de la comunidad para generar planes de acción.
“Esta perspectiva participativa favorece el desarrollo de la equidad al centralizar las voces de los jóvenes en la generación del conocimiento y el desarrollo de la ciudadanía durante la adolescencia”, contó Aleman.
Con el apoyo del Programa Fullbright Specialist de la Comisión Fullbright, Martínez viajó a Uruguay y trabajó con docentes y estudiantes en investigación participativa. Martínez esta realizando junto a Aleman un proyecto de mapeo participativo con comunidades educativas de Trinidad, Durazno, Rivera, Fray Bentos, Mercedes y Minas. Por ste motivo recorrió los CECAP de todo el país.
“El objetivo de este proyecto es identificar cuáles son los fondos de conocimiento que los educadores y estudiantes identifican en sus comunidades con el objetivo de diseñar ambientes de aprendizaje que incorporen conocimientos locales que usualmente no tienen lugar en las instituciones educativas”, contó Aleman.
El Diploma en Diseño de Ambientes de Aprendizaje de UTEC que inició en 2020 culminó con los trabajos finales de estudiantes en temas tan variados como el desarrollo de una estudiante que hizo una propuesta de un Chatbot que funciona como un asistente virtual para aprendizaje socioemocional (Paula Velazco), un currículum para que maestras de escuela primaria sin formación en tecnología puedan desarrollar un programa de pensamiento computacional (Pablo Brera y Florencia Falco), un videojuego para entrenar a nutricionistas en el área de gestión de riesgo con enfoque nutricional para estudiantes de la Escuela de Nutrición en respuesta a catástrofes, un proyecto de escucha estructurada de cuentos por Whatsapp para estudiantes de un liceo rural en Rocha (Gabriela Martínez) y un podcast con contenido para docentes interesados en desarrollar la creatividad en las aulas (Fermin Dibarboure).
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