Referentes de distintas entidades españolas de Madrid, Barcelona, Bilbao y País Vasco compartieron sus experiencias de emprendimientos en el sector TIC vinculados a la academia, mediante un webinar de dos días de duración. Emprendimientos que dialoguen con el territorio, énfasis en la formación y en la gestión en red del talento fueron algunas de las recomendaciones.
“Visitar un hub de innovación de referencia en negocios de impresión 3D” era uno de los tres objetivos específicos del proyecto Cowork Rivera: Innovación y Desarrollo, que comenzó a ejecutarse en los primeros meses del 2020 cuando la pandemia aún no estaba en el radar por estas latitudes.
Ante la nueva normalidad generada por la situación sanitaria, los socios del proyecto (la Universidad Tecnológica, la Intendencia Departamental de Rivera y la empresa Arkano Software) con el aval de la Agencia Nacional de Desarrollo (ANDE), entidad financiadora, debieron adaptar este objetivo. Gracias al trabajo coordinado entre el Centro de Vinculación Global de UTEC y la consultora española Science & Innovation Link Office (SILO) se creó el webinar “Emprendimiento universitario en el sector TIC: lecciones aprendidas de casos de referencia en España” que se desarrolló durante dos jornadas, el 15 y 22 de junio, con la presentación de siete modelos de innovación distintos. Asistieron a esta “visita técnica virtual” autoridades de ANDE, representantes de las instituciones socias del proyecto y varios de los actores del incipiente ecosistema de innovación de la frontera Rivera-Livramento.
La coordinadora de Vinculación del Instituto Tecnológico Regional Norte, Maíra Escosteguy, quien ha gestionado el proyecto, resaltó el lado positivo de este cambio de planes forzoso. “Si bien la visita virtual no sustituye a una presencial, el formato webinar permitió que más actores pudieran participar y conocer las experiencias de otros ecosistemas”, explicó.
Esta posibilidad de conocer casos de éxito de España impactó positivamente en la motivación de los actores, “ver experiencias de éxito nos llena de ideas y ganas de buscar nuestras propias soluciones y maneras de innovar, buscando una mayor competitividad y desarrollo territorial”, comentó Escosteguy.
En cuanto a las lecciones aprendidas, la coordinadora señaló que “el mayor aprendizaje es que cada territorio es único”, valorando la posibilidad de conocer otras experiencias pero con la convicción que para alcanzar los objetivos de mejorar la calidad de vida de los fronterizos e incrementar la competitividad económica de la región es indispensable la articulación entre los actores locales y la identificación de las debilidades y oportunidades propias de la zona. “La clave está en identificar el desafío correcto, tener una visión de futuro compartida y ser conscientes de que no es un cambio a corto plazo, lleva su tiempo, pero mejor empezar ahora” expresó.
Escosteguy considera que el mayor desafío del ecosistema de la frontera es “generar talentos, retenerlos en la región y darles condiciones para que desarrollen soluciones que agreguen valor al tejido empresarial ya existente, y lo incrementen creando empresas intensivas en conocimiento y tecnología”. En consecuencia, las empresas serán más competitivas y se generarán oportunidades laborales de calidad, lo que repercutirá en la economía de ambas ciudades, según indicó.
El director y fundador de SILO, Diego Muñox (conocedor de la realidad de la frontera dado que en 2019 realizó la consultoría y master plan del Parque Tecnológico Regional Norte), coincide con Escosteguy: no existe un modelo completo a imitar, pero sí varios aprendizajes. “Hemos visto en algunos casos un énfasis muy fuerte en programas de formación. Son universidades que operan en programas de emprendimiento pero que empiezan por capacitar a profesores y estudiantes. Es algo relativamente fácil de hacer” indicó, marcando uno de los posibles caminos por dónde empezar.
Otra enseñanza que dejó la visita técnica fue “la colaboración”. En la mayoría de los casos vistos hay una institución que lidera y muchas otras socias. “Tienen que ser programas porosos. Aunque uno tenga la mejor universidad del mundo, los mejores talentos, no tiene sentido montar un modelo de emprendimiento que se mire a sí mismo. Siempre tiene que estar abierto a las empresas del territorio, yo diría a todo el país, a la frontera y a las instituciones”, sostuvo.
Otra lección a tener en cuenta es que el espacio donde se desarrolle no es lo más importante, sino las personas y los servicios. “Tiene que haber gente talentosa, con materia prima, tiene que haber capacitación, liderazgo por parte de los profesores y mentores, y servicios de apoyo para que todo funcione. Tener un edificio de bandera y atractivo ayuda a que ocurra, pero no es lo primero”.
Diego Muñox plantea que en cualquier lugar del mundo es difícil el proceso para que un hub de innovación funcione. “Los ecosistemas no se implantan. Van evolucionando. Funcionan porque hay activos y conexiones”, indicó. En ese sentido, considera que el mayor activo de partida es “el liderazgo de UTEC, la infraestructura que está construyéndose, y las cohortes de estudiantes que se van generando”.
Un desafío importante, a su modo de ver, es “mantener la red de alumnos”, y que todas las personas que de algún modo hayan pasado por UTEC puedan seguir vinculados a la Universidad.
Como segundo reto está el lograr atraer a las empresas del entorno. “Es necesario darles incentivos, modelos para que un aserradero o una empresa de servicios, turística, o logística de Rivera entienda que lo que ocurre en el parque es relevante y que tiene que estar enganchado”.
Y lo más difícil, a su criterio, y que ocurre en todos los hubs de innovación que están alejados de las grandes ciudades y núcleos de conocimiento, es “la atracción de talento y actividad económica desde afuera”. “Compromiso institucional ya hay, financiación con seguridad se va a ir asegurando, entusiasmo por parte de UTEC hay mucho, lo complejo es hacer que esto sea relevante para entidades que están más lejos”,señaló.
Muñox contó cuáles fueron los criterios utilizados para la selección de los diferentes ejemplos compartidos durante el webinar.
Por un lado se mantuvo el alcance territorial ya establecido previamente para la visita presencial: Madrid, Barcelona, Bilbao y País Vasco. Otros criterios fueron la elección de un componente digital y de tipos de gobernanza y modelos de negocios donde las universidades están vinculadas. “Hemos velado porque hubiesen experiencias de emprendimiento basado en tecnología con énfasis digital, en lo posible muy pegadas a la academia”, explicó.
Finalmente, de una larga lista de opciones, fueron seleccionados cuatro casos directamente operados por universidades y tres liderados por otras entidades de conocimiento o institucionales.
Durante la primera jornada expusieron representantes de entidades centradas en experiencias de programa de emprendimiento e incubación liderados por universidades. Virgilio Díaz contó acerca del servicio de apoyo al emprendimiento de innovación de la Universidad Carlos III de Madrid y su Parque Científico que actúa como un entorno a la innovación y ayuda a la puesta en marcha y desarrollo de proyectos empresariales. Joan Riera de la institución académica Esade, escuela de negocios de proyección global, hizo referencia a Creapolis, el hub que conecta talento, conocimiento y organizaciones, facilitando la innovación, el emprendimiento y el desarrollo empresarial con impacto social. Federico Gutiérrez-Solana compartió la experiencia del Centro Internacional Santander de Emprendimiento (CISe) una organización de Santander Universidades (Banco Santander), la Universidad de Cantabria y el gobierno de Cantabria, que tiene como meta contribuir al progreso social. Trabajan en red con múltiples instituciones locales, nacionales e internacionales para desarrollar iniciativas con impacto global impulsando el talento y las capacidades de las personas y los colectivos.
En la segunda jornada, se presentaron experiencias de programas liderados por otras entidades con el apoyo de universidades. Aintzane Arbide, compartió la experiencia de 3D Incubator, una incubadora de empresas de alta tecnología 3D liderada por el consorcio de Zona Franca de Barcelona y el centro tecnológico LEITA, uno de los más importantes centros de I+D aplicada de España. Olatz Goitia hizo referencia al trabajo que realiza Beaz Bizkaia, en el País Vasco, una empresa pública que tiene como objetivo apoyar a emprendedores en sus esfuerzos por crear nuevos proyectos, innovar e internacionalizarse. Josep Miquel Pique, contó acerca del trabajo de La Salle Technova Barcelona, una de las incubadoras más grandes de Europa para las tecnologías innovadoras. Los servicios que ofrece van desde la construcción de planes de negocios, financiamiento, aceleración y desarrollo tecnológico hasta el espacio de oficina. Finalmente, Mar García, de la agencia de desarrollo Barcelona Activa habló del impulso al emprendimiento y el apoyo que brindan a un amplio espectro empresarial plural, diverso y sostenible desde una perspectiva económica, social y ambiental.
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