Hay cinco mujeres estudiantes y tecnólogas agroambientales que estudiaron propiedades del arrayán, porotos en Uruguay, los árboles del río Yi por su capacidad para mitigar contaminación y mejoras para la industria azucarera en el Norte. La cifra es muestra del crecimiento de la investigación en UTEC Centro-Sur que cuenta con una fuerte impronta ambiental.
Hasta el año 2024, 72 docentes de UTEC fueron catalogados como investigadores e investigadoras por la Dirección de Investigación y Desarrollo. De este grupo, el 52% pertenece a la región UTEC Centro-Sur que tiene su sede principal en Durazno, el 31% a la región Suroeste que abarca desde Colonia hasta Paysandú y el 17% a la región Norte con su sede principal en Rivera. Esto refleja que la mayor producción de conocimiento se concentra en la Universidad en el centro del país, con líneas de investigación en áreas como modelamiento de datos y aprendizaje automático, ciencias biológicas, energía, medio ambiente, entre otras.
Para promover la investigación desde las etapas más tempranas, la Dirección de Investigación y Desarrollo de UTEC ofrece becas de iniciación a la investigación con el objetivo de fortalecer el desarrollo de los estudiantes. Se busca apoyar proyectos con alto grado de interdisciplinariedad y que apliquen tecnologías transversales para mejorar la sostenibilidad de las cadenas productivas de Uruguay. Estas becas apuntan tanto a estudiantes avanzados de UTEC como a egresados universitarios de otras instituciones, sin títulos de posgrados. Los beneficiarios deben desarrollar sus proyectos en alguna de las sedes y laboratorios de UTEC, por un período de hasta 10 meses. Además, el llamado a estudiantes se realiza en el segundo semestre de cada año y, hasta ahora, se han realizado tres ediciones en las que se han entregado 25 becas.
En el año 2024 se financiaron 14 becas para estudiantes en las tres regiones de UTEC y el 57% corresponden a estudiantes de Ingeniería Agroambiental, Agua y Desarrollo Sostenible y Energías Renovables, grupo de carreras que forman parte del Departamento de Sostenibilidad Ambiental en UTEC Durazno.
Crecimiento exponencial de la investigación en agroecología
Cinco estudiantes eligieron investigar temáticas vinculadas a la agroecología, ciencia que combina valores ecológicos y sociales y que tiene como principio fundamental el cuidado de la agrobiodiversidad para mejorar los sistemas productivos.
Marikena Rodríguez y Agustina Sismande son tecnólogas agroambientales y juntas realizaron evaluaciones acerca de la capacidad amortiguadora y el impacto que tienen las especies exóticas invasoras en la regeneración de la flora nativa en el bosque ribereño en la cuenca del río Yí.
Para el estudio, definieron tres puntos de muestreo, específicamente tres microcuencas con distintas elevaciones, entre otras características. Se centraron específicamente en conocer la capacidad amortiguadora del bosque que tiene una función como “zona buffer” que reduce la llegada de contaminantes al agua. Además, realizaron una “caracterización espacial” y analizaron “los tipos de árboles presentes y sus funciones” comentó Agustina. Por otro lado, detectaron especies exóticas invasoras mediante sensoramiento remoto para conocer el impacto en la regeneración nativa, ya que estas “pueden alterar los servicios ecosistémicos”, contó Marikena. La investigación fue relevante para encontrar soluciones de mitigación a los contaminantes provenientes de actividades como la agricultura o la lechería, ya que los árboles actúan como barreras naturales, filtrando los vertidos según sus características (tipo, grosor, hojas, nativos o exóticos), sostuvo Marikena. La elección del tema estuvo vinculada a estudios previos sobre calidad del agua y sistemas de monitoreo, realizado por docentes. Esto las motivó a formar parte de un grupo de trabajo que representa un “desafío” pero también “oportunidades” indicó Agustina. Además, este proyecto les permite generar información sobre la temática dada la gran falta de información sobre bosques nativos en Uruguay, comentaron.
El Arrayán y sus características
Por otro lado, Martina Barros, actualmente becaria en el Laboratorio de Instrumentación y Electrónica de xxx , también realizó una investigación vinculada al bosque ribereño. Trabajó sobre cómo obtener aceites esenciales a partir de la hoja de arrayán realizando una caracterización química, es decir, conocer qué compuestos tiene el aceite “ver qué hay adentro” contó. Eligió este árbol porque existían relevamientos previos de flora nativa del bosque ribereño del río Yí realizados por compañeros de la carrera que daban cuenta de la gran abundancia del arrayán en el área. Martina contó que su investigación es una continuidad de un trabajo realizado previamente por dos compañeros que estudiaron la actividad fungicida del arrayán y que eso la motivó a seguir estudiando para “valorar el arrayán más allá de su uso como leña”, destacando su potencial científico y su conservación. Destacó que para realizar sus prácticas, trabajó en los laboratorios de la Licenciatura en Análisis Alimentario en UTEC Paysandú. Para ella “los viajes fueron otra forma de aprender y ver la universidad de una forma más integrada”.
Más de 20 variedades de porotos en Uruguay
Las tecnólogas Micaela Diaz y Pilar Lujan partieron de la investigación de una docente sobre porotos del Uruguay. “Hasta ahora no había información sobre la asociación de rizobios con porotos locales” comentó Micaela . Los rizobios son bacterias del suelo que establecen una simbiosis con las raíces de leguminosas, formando nódulos donde fijan nitrógeno atmosférico y lo convierten en una forma utilizable por las plantas. Este proceso reduce la necesidad de fertilizantes sintéticos, mejora la fertilidad del suelo y contribuye a una agricultura más sostenible al disminuir costos y el impacto ambiental.
Querían hacer “algo innovador que pueda ayudar al país a crecer en la investigación y también a los productores” contó Micaela. Pilar destacó que la elección del tema se debió a que estas especies no son conocidas dado que son conservadas por pequeños productores y, a la vez, no son comunes en el mercado. Aunque no sean especies nativas, se cultivan hace muchos años en nuestro país. “No son propias de nuestro país, pero sí se adaptan a nuestro entorno. Es por esto, que llegamos a recolectar más de 20 variedades, con diferentes formas, colores, patrones, tamaños” contó Pilar.
Durante la investigación, visitaron productores en Flores, Tacuarembó y Rivera para estudiar el manejo de suelos, las técnicas agrícolas y el cultivo de semillas. Recolectaron porotos, muestras de suelo y material vegetal, incluyendo hojas, tallos, raíces y nódulos, para su análisis y caracterización. Pilar trabajó con “las bacterias que forman nódulos en raíces de leguminosas, una simbiosis donde la planta aporta carbono y la bacteria fija nitrógeno al suelo”.
Con esta investigación “aportamos la base para identificar qué posibles bacterias se asocian con tal especie de porotos” en un contexto de suelos uruguayos, de lo que hay “muy poca información”, contó Micaela Díaz.
Para llevar adelante esta investigación las estudiantes trabajaron con 8 variedades de las especies phaseolus vulgaris, phaseolus lunatus y vigna unguiculata. Además, debieron formarse en el área de microbiología en el Instituto Clemente Estable “para poder realizar los métodos necesarios en la investigación” resaltaron. El otro proceso consistió en “aislar en placas petri las colonias que están dentro de los nódulos, macerarlas y ponerlas a cultivar en incubadora” contó Micaela. Luego de cultivadas “obtuvimos bacterias que pusimos en aislamiento para obtener bacterias de una determinada variedad”. Cuando obtenían las colonias, las clasificaban a partir de una guía de formas y tamaños, para conocer qué es rizobio y qué no. A lo que podía ser un potencial rizobio lo volvían a aislar a través de una “técnica de arrastre” purificando la colonia y eliminando los contaminantes. Las colonias crecen en incubadoras a 30°C. Cuando crecían, las trasladaban a la heladera, refrigerándolas a 4°C. “Asociar bacterias específicas con plantas para promover su crecimiento, genera información clave que servirá como base para desarrollar bioinsumos sostenibles como biofertilizantes o inoculantes en el futuro” enfatizó Micaela.
La industria del azúcar
La estudiante Maria Emilia Cha, realizó su proyecto de investigación en Azucitrus. Es una de las principales industrias de Paysandú, con quien UTEC posee un convenio desde el año 2021. Su investigación se centró en la instalación de sensores como estrategia para mejorar la eficiencia en el uso de agua en los cultivos cítricos. A partir de los datos generados por docentes de la carrera durante cuatro años y, de la necesidad de la empresa de mejorar la eficiencia del agua en los cultivos, decidió colaborar con posibles soluciones. El agua puede perderse por “drenaje o escorrentía” dependiendo de las características del suelo. Las características de los suelos se presentaron como arenosos con poca capacidad de retención hídrica, y porosos, generando que el agua drene más profundamente, dificultando su aprovechamiento por los cultivos.
Durante el proyecto se instalaron diversos turnos de riego y resultó que lo más eficiente es “un riego cada 10 días, dado que el sistema funciona bien y además, ahorran costos de electricidad por el bombeo", indicó.
Este trabajo mostró cómo el monitoreo avanzado y el cálculo del balance hídrico optimiza el riego en cultivos de mandarina Afourer, promoviendo la sostenibilidad y reduciendo costos. María consideró que lo más importante del proyecto fue conocer cuánta agua consume esta industria, para poder ahorrar y reciclar en otros cultivos dado que en este momento. “Somos pioneros en desarrollar un sistema eficiente en cultivo de cítricos” sostuvo.
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